domingo, 26 de agosto de 2007

Los pollitos dicen pío pío, cuando tiene hambre, cuando tienen frío.




De pronto, cae el Euribor por un problema de no sé qué en Wall Street y sube el precio del pollo, ya muerto, porque los cereales, principal alimento del pollo en engorda, ha subido. Y si sube el pollo, sube todo lo que lleva pollo: la comida para gatos, los potitos, los nuggets de mac donalds, sus hamburguesas de pollo, todas las hamburguesas de pollo, las ensaladas de pollo, el caldo de pollo y, por supuesto, el pollo frito. Los cereales subieron porque un listillo, o un grupo de listillos, ha descubierto que se puede crear un combustible más “ecológico”. El asunto es que los principales dañados, o sea los pollos de engorda, no sólo no tienen coche, tampoco tienen nada que funcione con combustible. El vapor de la mierda del cerdo también es combustible, en cualquier momento suben el chorizo y todo lo demás: cazadoras, cinturones, zapatos, etc. Parece que por culpa del Euribor y Wall Street, en unos días será más caro mantener a un animal que a un hijo en Harvard, por muy animal que éste sea. Pronto será necesario crear una dieta rica en insectos, porque los vegetales, ecológicos y no, están también por las nubes. La cosa, ahora, es saber cuáles de los pollos que nos comemos y nos comeremos, en cualquiera de sus presentaciones, han comido cereal y si el cereal que comieron fue adquirido antes de la caída del Euribor y el problema de Wall Street o después. Sólo así sabremos si es que el precio que pagamos por el pollo es justo o es que se aprovechan de nuestra debilidad por el pollo.

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