jueves, 6 de septiembre de 2007

Somos inmigrantes




No pude soportar el sonido del cuerpo rebotando contra las piedras empujado por las olas*.


Inmigrantes, uno

No tu bala,
no tu muro o tus alambradas,
no tu Dios
no tu mar o tu desierto,
acaso la muerte.
Hambre puta,
hambre voraz,
hambre insaciable.
Puta hambre



Inmigrantes, dos

La esperanza golpeó contra la piedra:
ola tras ola iba y venía
con la necedad del recién nacido,
terca como el viejo que se niega a vender la tierra
porque dice, no le pertenece.

Una y otra vez golpeaba la esperanza
con el vaivén del cayuco en la tormenta;
incansable, imaginó que tocaba la puerta al porvenir
pero estaba muerta y no lo sabía.



*Fernando García, fotógrafo independiente

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