miércoles, 5 de septiembre de 2007

Anti – Papa II (Que se mueran los feos, mejor)




Hoy hace diez años que murió Teresa de Calcuta. Conmemorando el aniversario de su muerte, se ha publicado un libro con cartas escritas por ella. Según el reportaje del telediario, en algunas de las cartas Teresa de Calcuta duda de la existencia de Dios. Al Papantlas le regalaron un ejemplar en uno de esos actos multitudinarios que se organizan en el Vatiquiur, le preguntaron qué pensaba sobre las dudas de Teresa de Calcuta y se fue por la tangente con una tontería relacionada con el Euribor. Qué se podía esperar de este personaje. Aunque por otro lado si hubiera abierto la boca, muy probablemente habría dicho una sandez de esas a los que nos tiene acostumbrados. Por lo anterior, deduzco que habrá cambiado de asesores después del fiasco de su visita a Brasil. Le habrán aconsejado que cuando no sepa que contestar, cambie el tema y hable de algún asunto de actualidad, de ahí lo del Euribor. Sin embargo, no creo que al Papantlas le preocupe en realidad el aumento en el costo de las hipotecas, a menos que haya hipotecado la Vaticueva. Algo que no sería extraño con el bajón que ha dado la clientela, no obstante, mientras el Opus, los Millonarios de Cristo y todas esas organizaciones cristianas dueñas de medio mundo, sigan apoyando su loable misión, no creo que tenga necesidad, el Vatiquiur con la Vaticueva y los inquilinos estarán a salvo.

Una pregunta ronda mi cabeza desde hace unos días, qué pasaría en el hipotético caso de que la muerte, antes de llevarse a algún personaje, convocara a un plebiscito y que se llevara a quien la mayoría escogiera. Que en uno de esos ejercicios los candidatos a palmarla fueran: el Papantlas y Teresa de Calcuta. ¿A quién se llevaría la huesuda? Yo lo tengo claro.

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