lunes, 16 de julio de 2007

Papanatas


En una convención episcopal se habla de todo menos de Dios. Los sacerdotes de cuello almidonado, traje negro con la raya del pantalón bien marcada, zapatos lustrosos y el típico grano de la frente exprimido, acaparan titulares en cuanto hablan sobre su postura en problemas que atañen a la sociedad. Que si el condón es un invento satánico, que si las bodas entre homosexuales van contra la ley de Dios ¿? Una larga serie de barbaridades entre las que destacan las de un currante del episcopado español llamando a la desobediencia civil, como un terrorista, sólo que con línea directa con el Gran Jefe y, por supuesto, las de susan Ratzinger en todas sus intervenciones durante su visita a Brasil, destacando dos: la de la familia y la del descubrimiento y conquista de América. Eso sí, un día después: ¡Ay perdón! No me mal interpreten. La cosa no va por ahí. Todo esto en quién sabe qué idioma. En fin, que mientras susan y sus agremiados van por ahí predicando en el papamóvil, el papavión -también conocido como papalote o papagayo- y sus demás papavehículos, la fracción radical pederasta se defiende de las acusaciones y los falsos testimonios que sobre ellos pesan, en muchos puntos del planeta, pagando indemnizaciones millonarias, al menos en Estados Unidos. Así están algunas cosillas en el Vatiquiur y sus sucursales en todo el mundo. Lo absurdo es que puedan cerrar predios destinados no sólo a predicar, además, también a practicar. Lo indignante es que se permitan la licencia de descalificar la labor de colegas que trabajan por y para la gente de su entorno, parroquianos o no, católicos o no. Colegas que no llevan la raya del pantalón marcada. Lo provocador es la forma vil en la que se abusa de la fe de los creyentes. Así funciona la apostólica institución desde hace mucho tiempo, nada nuevo bajo el sol, acaso la flota de papavehículos, que no están copiados de ningún vehículo de Mr. Potato, no sé si el gorrito de misil lo copiaron o es diseño original. Sin embargo, en algunas estadísticas cotizan a la baja en la competencia por las almas, algo tendrá que hacer susan para no quedarse atrás. Yo sugiero, por lo pronto, que despida a su asesor de imagen y al que le escribe los discursos, dando a la noticia la misma cobertura que se da a las canonizaciones, y que grabe un disco reivindicativo a ritmo de samba con algún coro gregoriano y Carlinhos Brown. Las ventas del disco, a través de su gran cadena de sucursales, serán un buen termómetro para saber en qué nivel está su popularidad. Aunque, por mí, ya puede sacar el rap del aleluya o villancicos con son jarocho, yo me declaro apóstata por derecho propio, vamos, que renuncio.

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