martes, 16 de octubre de 2007

Taco literario, con todo pero sin cebolla


Hace unos días otorgaron el premio García Lorca de poesía al poeta valenciano Francisco Brines, me llamó la atención el fallo, porque entre los nominados había nombres como: Juan Gelman, Nicanor Parra y Mario Benedetti. No es que tenga nada en contra del ganador, tampoco estoy juzgando su obra, es simplemente que tenía entendido que el premio se otorgaba por la trayectoria. Conozco a Gelman, Parra y Benedetti, de Brines no sabía nada, así que me puse a investigar sobre su biografía. Después de la investigación me quedó una pregunta: ¿Cómo se falla un premio como ese?

Javier Marías terminó hace unos meses, después de nueve años, su novela, “Tu rostro mañana” un tocho de casi 1500 páginas –sin errata- en tres tomos: Fiebre y lanza (375p), Baile y sueño (416p), Veneno, sombra y adiós (700p). Supongo que el escritor tendrá un gran número de lectores, toda vez que será Alfaguara la editorial que publicará la novela, el mejor deseo de que la disfruten. Yo, en contadas ocasiones soy capaz de terminar el artículo que escribe en el semanario de El País y es sólo una página.

Juan José Millás ganó con su novela El mundo, el premio Planeta 2007. Lo que de verdad me sorprende es que Boris Izaguirre haya sido finalista en detrimento de Fernando Savater, por ejemplo. No conozco la novela y tampoco creo que vaya a leerla, con la de libros que me faltan, pero sé que Boris escribe o escribía guiones para culebrones con el trillado argumento de ricos increíbles y pobres aún menos creíbles, ¿un nuevo género literario? ¡Ah!... el Premio Planeta.

El caníbal de México copa los titulares, no sólo de los telediarios, sino de los principales periódicos de España, nacionales y locales. Al parecer lo pillaron preparándose unos tacos de carnitas con las nalgas de la que fuera en vida su novia, a quien, por lo que muestran las fotografías, la tenía en engorda. Menuda sorpresa saber que, además de ser caníbal, es escritor de novelas de terror y amante de los tacos de carnitas. El caso me recuerda al de La tamalera de Portales, en los setentas, que mató a su marido, lo descuartizó y lo convirtió en el relleno de los tamales de mole y de carne en salsa verde. La tamalera no era escritora, pero se escribió sobre el caso cuando fue resuelto por la policía, recuerdo el titular: Matólo, descuartizólo y vendiólo como tamal. Gregorio "Goyo" Cárdenas, también escribía desde su celda en el Palacio de Lecumberri, contaba cómo había asesinado a sus víctimas, pero no recuerdo que se haya cenado a ninguna, aunque se declaraba amante de los tacos de suadero, con todo pero sin cebolla.

1 comentario:

el inhumador dijo...

De cómo se fallan (nunca mejor dicho) los premios literarios no sé decirte, carnal. Pero una de mis virtudes es paranoico, de modo que, sospéchome, si el fallo lo falla una editorial, será porque le convenga en cuestión de marketing y ventas. Creo que por ahí van los tiros en el caso de Izaguirre, que es, ante todo, una figura mediática. De Millás sólo puedo decirte elogios, por su inteligencia, ingenio y espíritu crítico. De Marías, en fin, yo sí suelo acabar sus artículos, pero no lo conozco como novelista.
Al tal Brines le conoce su familia: la más directa, porque los primos creen que es ferretero. EL García Lorca lo fallan granadinos, supongo, de ahí su arbitrariedad: son tan tacaños, rácanos y mezquinos que no querrán que gane uno al que le tengan que pagar el pasaje de avión desde el otro lado del charco.
La dictadura establecida por el bebé, que subsume todas las voluntades y las destruye como por arte de magia, me reclama. Luego seguiré.

Patx