sábado, 5 de mayo de 2007

Entre la democracia y los gusanos


Entre peras y manzanas andan los gusanos; además, es verdad. Lo que es un enigma es si los gusanos son demócratas, porque, si lo son, tendrán su sistema de partidos y todo eso que los gusanos deberían tener, si fueran demócratas, claro. Y pregunto: ¿Aplicarían los gusanos la política del calambre? Esa de las alertas amarillas, rojas y moradas. El movimiento de ese gusano arrastrándose por la mesa no indica que esté acalambrado, ¿serán demócratas?

Hace unos días, un cantautor italiano que hace canción de humor presentó, en un concierto, algunas canciones contra las dictaduras y la iglesia católica, apostólica y romana, cosa normal en todo cantautor que se precie (esta última frase es cortesía de mi compadre Julen Gossíp, de Los Pacos). Al día siguiente, el Vatiquiur, desde la Vaticueva, envió un comunicado de prensa, en el cual llamaban al artista terrorista, y se quedaron tan panchos. Seguramente, en este momento ya estará excomulgado, aunque no recibirá nada por escrito porque, por ahora, la institución está en temporada de vacas flacas, al menos aquí, en España. Un obispo dio la voz de alarma por televisión: El gobierno les ha reducido las prestaciones. Ahora los contribuyentes podrán elegir si quieren donar a la Iglesia el 0,07%, no me quedó claro si de los ingresos o del pago de impuestos, tampoco si mensual o anual; no es algo que me afecte directamente, porque la música poco da para pensar en pagar impuestos, al menos no siempre, más bien casi nunca, bueno, no por ahora. El asunto es que la cifra de la recaudación, que seguro será mayor de cinco dígitos, deja prácticamente con sandalias, en peores condiciones que aquéllas famosas del pescador, a estos pastores, libre interpretadores de las enseñanzas de Cristo, mejor aún, portadores de la palabra de Dios en la tierra. No obstante, continuarán en su lucha contra el terrorismo, sea lo que sea terrorismo, con la misma firmeza con la que seguirán llamando a la desobediencia civil para atacar cualquier ley que vaya en contra de la ley divina, de la que ya sabemos quién tiene la patente.

La democracia tiene sus cosillas; mientras se preparan las elecciones municipales en el país, desde el partido de la oposición, ese que tiene entre sus filas al único español que ha tenido los güevos, al menos en público, de exigir que los árabes, así a lo cabrón: los árabes, le dieran disculpas por los más de setecientos años de ocupación, así a lo cabrón: ocupación. Para asnar hay que ser burro, decía mi abuela. El caso es que el partido de la oposición, informó sobre un complot folclórico-terrorista o terrorista-folclórico ideado por el gobierno para distraer la atención de los españoles y que la izquierda vasca incluya en sus listas a simpatizantes de terroristas o incluso a terroristas. Como el caso de Patxi Ibarrigururriburuburu, que era primo segundo de un güey que era amigo de otro güey que le dijo que conocía a un terrorista. En el complot están implicados: una cantante folclórica de nombre Isabel Pantoja, los partidos de la izquierda vasca, todos, y por supuesto ETA. Según la hipótesis, la detención de la cantante se da al mismo tiempo que los partidos de la izquierda vasca presentan sus listas de candidatos a las alcaldías. De esa forma, mantendrán distraído al electorado con una noticia de prensa platanera, con el resultado antes detallado. Afortunadamente, el presidente del partido tiene la solución que, aunque no ha aclarado cuál es, pasa por impugnar todas las listas presentadas por la izquierda vasca y, ya después, habrá tiempo para revisar; democracia pura, total y absoluta. Si la culpa no es de la democracia, la culpa es de los demócratas.

Entre que son peras o manzanas, yo me cargo a este piche gusano, vaya a ser que sea demócrata y me arme un desmadre en la cocina.